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domingo, 17 de noviembre de 2013

VAYAS DONDE VAYAS, VAS CARGANDO CON TU PROYECCION DEL CIELO O....


"Cuando dos personas se sienten felices se hacen una. Por eso, en el amor tiene lugar la unidad y los amantes empiezan a sentir que no son dos. Son dos, pero empiezan a sentir que no lo son porque son tan felices en el amor, que tiene lugar una fusión. Se funden uno en el otro; fluyen en el interior del otro. Las fronteras quedan disueltas, las definiciones se tornan borrosas y no saben quién es quién. En ese momento se convierten en uno.

Cuando eres feliz puedes fluir hacia los demás y permitir que ellos lo hagan hacia ti. Eso es lo que significa la palabra "celebración". Cuando permites que todo el mundo fluya hacia ti y tú fluyes hacia todo el mundo, es que estás celebrando la vida. Y la celebración es la mayor de las oraciones, la cumbre de la meditación.

En la miseria, en la desdicha, empiezas a pensar en el suicidio; en la desgracia empiezas a pensar en destrucción. En un estado de miseria estás justo en el extremo contrario de la celebración. Reprochas, culpabilizas y no puedes celebrar. Estás resentido contra todo. Todo tiene la culpa y te pones muy negativo, y no puedes fluir ni relacionarte, ni puedes permitir que nadie fluya hacia ti. Te conviertes en una isla, completamente cerrado. Se trata de una muerte en vida. Sólo hay vida cuando estás abierto y fluyes, cuando no tienes miedo, cuando estás abierto, eres vulnerable y celebras...

He visto personas pobres. Obviamente son miserables. Son pobres; no tienen colmadas las necesidades básicas de la vida. Pero también he visto ricos muy desdichados y miserables. Y esos ricos piensan que la riqueza no conduce a nada. Pero no es cierto. La riqueza puede inducir a celebrarlo, pero no cuentan con la mente de celebración. Así que si eres pobre, eres miserable, y si te haces rico, eres todavía más miserable. En el momento que tocas esas riquezas las destruyes.

¿Conoces la historia griega acerca del rey Midas? Todo lo que tocaba se convertía en oro. En cambio, tú tocas oro y se convierte en lodo. Luego se torna polvo y piensas que en este mundo no hay nada que valga la pena, que incluso las riquezas son baldías. ¡Pero no es así! Pero tu mente no puede celebrarlas, tu mente no puede participar de nada que no sea miseria. Si te invitan al cielo no lo hallarás, porque crearás un infierno. Tal y como eres, y vayas donde vayas, te llevarás el infierno contigo.

Hay un proverbio árabe que dice que el cielo e infierno no son lugares geográficos, sino actitudes. Y no hay nadie que vaya al cielo o al infierno, pues todo el mundo lleva el cielo o el infierno consigo. Vayas donde vayas, vas cargando con tu proyección del cielo o el infierno".

- Osho, El sendero del Yoga -

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